martes, 20 de enero de 2015

Reinventarse, qué bonito verbo.


Las redes sociales nos hacen creer lo contrario, pero las personas no somos solo un nombre, somos un bagaje de sentimientos, razón y fe. Si ese bagaje cambia, por más mínima que sea la variación, dejamos de ser una línea continua, definiéndonos como seres constantemente sensibles a nuestro entorno.

Pensar en ello es tan apasionante como enloquecedor, pero nadie dijo que esto de vivir fuera fácil.

¿Quiénes somos? ¿Qué es lo que nos define? Por más que el avance tecnológico nos empuje a dudar, no somos nada más (ni nada menos) que humanos. Lo siento por aquellos tecnológicos, pero somos carne y hueso, efímeros.

Seguro que todo el mundo alguna vez, en algún momento o etapa, no supo quién fue; convirtiéndose en esa incertidumbre esencial para empezar a saberte.

Yo soy un cambio continuo que no sabe si lo que ayer era es lo que hoy soy, y mucho menos, lo que será mañana. Y hasta ahí puedo, realmente, leer.

El paso más humano previo a saber es asimilar que no sabes, y aprender. No serán pocos los que creen conocer cuando realmente no tienen idea, ignorando por completo su ceguera.

Bendito aquel que vea todo esto como una locura innecesaria. No he inventado nada, todo lo escrito ya se ha dicho, y viceversa. Sin embargo, ahora me toca a mí, y a todos. Nadie nos va a decir cómo o quién ser, si hay alguien que pueda aproximarse a saber guiarnos somos nosotros mismos, y nadie más.

Con quién más tiempo compartirás tu vida es contigo mismo. Dedícate tiempo.


"El bebé no es igual que el adulto,
y yo no soy igual que ayer. De nada puedo decir "esto es mío", dijo Buda,
y de nada puedo decir "esto soy yo".
No existe, pues, ningún núcleo inalterable de personalidad."


(El mundo de Sofía, Josteiin Gaarder)




Posted By: Unknown

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